'How am I to get in?' Asked Alice
El guión de La dolce vita se componía por un montón de páginas en blanco bajo una primera página en la que Fellini había dibujado al personaje principal, un periodista de provincias, a bordo de una barca; el dibujo representaba un hombre solo, en medio de un océano, y su pene que se extendía hasta el fondo del mar donde unas encantadoras sirenas nadaban a su alrededor.
A Marcello le pareció bien: es un papel interesante, lo haré.
Joe se está jabonando el sexo, está metido en el mar y el agua le llega hasta las rodillas. Joe se siente seguro de sí mismo y por eso se jabona también los sobacos con mucha naturalidad; lo hace delante de la cámara. Son imágenes rodadas para Shipwrecked, un programa que se emite en Channel4 sobre unos chicos musculosos e intrépidos y unas chicas muy guapas con cuerpos lascivos que habitan y se pasean semidesnudos por una isla bañada por aguas transparentes y cielos de una azul interminable.
John Lennon afirmó que la televisión era el mayor invento de la humanidad. Lennon tenía su Yoko y todo acabó ahí. Ya hace tiempo del Guardian entre el Centeno, ya hace tiempo de lo nuestro, y, aunque aún vengaría tu muerte, no puedo negarlo: I don´t believe in John; pero no es por lo de la tele, sé que tú no te la imaginabas así.
Ahora tres chicas se meten en el agua, se quitan la parte de arriba del bikini; son Sophia y Fiona, se exhiben al sol y a los ojos de todos los televidentes. Simulan ser lesbianas. Son gilipollas. Cierro los ojos y me hago una paja; el sexo moderno cada vez se aleja más de la imaginación y la fantasía, se ha convertido en algo inmediato, aburrido y multimedia.
Me preparo un café y vuelvo a la carga; me siento en el sofá, me lío un cigarro con un poco de maría y me relajo. Es sábado por la mañana y no tengo fuerzas para hacer nada más. El trabajo te absorbe tanto el cerebro y la autoestima que no queda el mínimo atisbo de trabajo intelectual posible en tus días libres. Las empresas en el sector privado te retribuyen más y más si tú les das más y más. Tanto das tanto te dan. Un aumento de sueldo significa una mayor explotación, una dedicación mayor de las horas de tu vida a la vida de la empresa. Los grandes ejecutivos que se han hecho a sí mismos, que han crecido, los que han empezado en lo más bajo y están llegando a lo más alto, trabajan de 8 am a 10 pm, de lunes a viernes y los fines de semana para emails y planificación del trabajo de la próxima semana. El resto del tiempo, algún día libre y vacaciones, dedicado íntegramente a la cocaína (un vicio cotidiano que en vacaciones recibe una dedicación exclusiva) y al turismo paradisíaco en alguna Isla del pacífico.
Ha llegado un nuevo concursante, un primer plano le delata: acude religiosamente al gimnasio todos los días, tienen unos abdominales marcados y está depilado, de las cejas a las uñas de los pies, a la altura de su pecho aparece un rótulo en azul oscuro: Ben 23 (no sé si es su edad o los centímetros de su polla, pero me decido por lo primero porque en aquí no suelen medir en centímetros). Ben acaba de llegar a la isla y ya ha tenido que ver a uno de los antiguos náufragos beberse su propia orina, lo ha hecho con toda la naturalidad del mundo. Y todos se han reído con él. Ha pasado la prueba.
Cambio de canal porque lo del orín me ha dado mucho asco. En la BBC1 ponen un avance informativo: un adolescente ha sido tiroteado ayer, posiblemente, por otros adolescentes. Hace unos meses un chico negro de catorce años fue acuchillado a escasos metros de mi casa. Las pistolas y las armas blancas se han puesto de moda entre los adolescentes. Si la educación se está deshumanizando, en pocos años la sociedad estará totalmente deshumanizada, cada vez será más fácil matar sin ningún sentimiento de culpa adicional. Todos pueden matar, hasta los niños lo hacen.
Vuelvo al Chanel4, al fin y al cabo, lo de beberse el ácido úrico no está tan mal. Todos se han reído de Ben apenas ha gesticulado, no le ha dado nada de asco. El programa ha avanzado hacia la noche, todos bailan y practican juegos eróticos. Este programa se emite en Chanel 4 los sábados por la mañana, cuando la mayoría de la audiencia es adolescente o estúpida, o las dos cosas a la vez.
Lianne es una rubia con muchas posibilidades: no sé si para ganar o para tirarse al tío más bueno que Stevie (es el más introvertido e interesante, guapo y, en el fondo, muy egocéntrico), pero su inteligencia la delata, es capaz de lo mejor y de lo peor: de depilarse las piernas sentada entre las rocas, cerca de la playa, y de confesarse ante la cámara en un primer plano de sinceridad y estupidez: quiero carne, son demasiados días aquí comiendo mierda y ahora quiero carne.
Sólo me gusta el programa cuando salen las chicas, los chicos son más aburridos y no se critican nada entre ellos ni vierten opiniones polémicas contra la audiencia ni contra algún grupo social.
Lucy Buchanan, una de las concursantes más inmaduras y polémicas, dijo que ella es británica, que la gente negra y de otras culturas que han llegado a Inglaterra lo están complicando todo y que estaría a favor de una vuelta a la esclavitud, pero sé que eso no va a suceder.
Los espectadores han protestado, hasta 590 protestas por estos comentarios. Nada más, ninguna protesta alguna otra cosa más, sólo quejas por estos comentarios.
A las dos ponen American Idol. También salen chicas cachondas.
La transacción de la riqueza de muchas manos a otras menos está siendo tan brutal que los pobres diablos que se mueven por las calles de este mundo han perdido la perspectiva: un ipod o una playstation2 les arregla la carencia de necesidades y felicidad para unos meses; un pisito sobre plano con hipoteca de 25 años, toda la vida.
Millones de estúpidos se mueven cada mañana en transporte público. En silencio. Como corderos que se dirigen al matadero. El silencio es misteriosamente abrumador. Más tarde, vuelven cansados a casa, se hablan los unos a los otros y se miran con ojos dislocados, a algunos les nace una media sonrisa de satisfacción, pero carente de pena y de gloria.
Mientras tanto, unos cuantos hijos de la gran puta se frotan las manos; se han beneficiado del sudor de muchas frentes a cambio del mínimo exigible por todas esas mamadas diarias que les hacen sin ningún pudor ni remordimiento. Es el negocio moderno de cambio de nuestras carnes por un puñado de avances tecnológicos (a nuestra disposición en tiendas de barrio, pequeños bazares y grandes supermercados) que calman nuestras necesidades.
Estoy cansado, joder. Me voy a dormir, hoy no puedo ni seguir leyendo el Quijote.